Mujer hermosa






Mi mujer hermosa se ha marchado.
Se ha ido al cielo a juntar estrellas,
Dios le ha permitido ser parte de ellas,
¿Cómo poder verla?... sólo un enamorado.

Abrió sus alas, me entregó su paz.
Se llevó los besos que le pude dar.
Me dejó las huellas de un amor fugaz.
Se guardó en el alma un inmenso mar.

¡Sólo esa mujer, mi mujer hermosa!,
atesora en sus brazos mi corazón de niña,
que aún cuando he rogado que regrese airosa,
el cielo me ha negado de su dulce viña.


En memoria de María Petra Leonor Marcial Perez 










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