Noches de verano


A quien le mostré mi iglesia favorita:

Me viste partir cuando prendía el sol
y no volteaste siquiera para cerciorar
que no volviera la vista sobre ti.

Poco te conocía es cierto,
llegaste a mi una noche de verano,
corta y apresurada como nosotros,
tan distintos…. y ahora, tan distantes.

Poco, sin embargo lo suficiente
para cruzar la callejuela junto a ti.
Aquella noche te veías radiante
mientras hacías mofa de mi nombre
y la manera en que termino las palabras.

Eso fuimos: un nombre, una noche,
un color, un mes, un signo zodiacal.
Dos desconocidos queriendo descifrarse,
y ahora, un par de indescriptibles
que no pueden estar frente a frente y mirarse.





Comentarios

Entradas populares