Somos niebla

El amor que me ofrece es volátil,
crece como niebla en este llano;
tenue y dispersa, abarrotada y fugaz.
Somos niebla, y una tarde fundiéndose en el horizonte.
Besos de cielo... tintados de estrellas,
flor que retoña en la hiedra.

Tus ojos quieren ver el sol 
sin contemplar los rayos de la luna.
¡Cuan bello es su destello!
y entre más crece el resplandor,
bajas la mirada y lo desdeñas.  

Somos niebla, la tarde, los besos.
Un lirio que nace de noche y muere de día.
Son tus ojos... luego tus manos, las que me niegan.
Comprenden la forma... mi forma,
pero no este recóndito sueño en el que giro.

Hombre de sonrisa eterna y apacible voz,
si no puedes contemplar la luna... huye de mí,
que en el pecho llevo estrellas y en los ojos soles.  

Hombre de sonrisa eterna y grácil tacto,
si tu mirada no fija la mía... te desprendo de mí,
que no comparto tus ojos... ni tus besos,
y al caer el sol dejaremos de ser niebla,
y volveremos a ser presos.










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