Espero el olvido

Me pides que te olvide, como si el olvido
llegara con las últimas horas de la noche.
Me pides que te olvide y me clavas un beso
en la mejilla de preludio a tu partida.

Me pides un olvido que lo llevo
en el recuerdo de tu indiferencia.
Un olvido que te guardo desde el día
en que te vi cruzar por esa puerta.

He despedido tus labios en varias
ocasiones, ya no hay flores
que recuerden la cuenta del adiós.

Se han ido ya las mariposas,
las vi partir en el ocaso de tu amor.
Se han marchitado ya las margaritas,
el invierno que vestí de primavera
al fin las consumió.

Fuimos lo que mi orgullo quiso,
lo que tu desdén nos permitió.
Fuimos la fantasía de un sueño
no planeado, como la flor silvestre
que nace entre la maleza.

Ya no lloro amor mío,
ha quedado un desierto en mi alma.
Sólo espero el olvido, que llegó
a tu encuentro ante de mi.

Antes de tus pequeños ojos
que me miran sin querer mirarme,
de tu áspero  tacto grabado
en mi piel sin avisarte, de mis labios
buscando alivio entre tus labios.

Fui yo quien te pidió
que no frenaras la brisa,
que me dejaras fluir,
pero el amor tenía prisa
y lo obligamos a huir.

Ya no lloro amor mío,
ya no sufro tu ausencia,
no te odio amor mío,
sólo espero el olvido.